miércoles, 18 de marzo de 2009

EN LA OQUEDAD DE LA NADA.

Tratar de entender la existencia de la nada,
sentir la soledad dentro de una alma vacía.
Comprender la tristeza de un sepulcro solitario,
entender la nostalgia de luz en mi eterna noche umbría.
Analizar la lucidez de la demencia,
meditar las palabras sin sentido.

Eso ha sido mi soporte en esta larga nada de la noche;
en esta soledad de existir sin ilusiones.
El corazón yace fuera de mi cuerpo yerto,
palpita y vive solitario, como mi pensamiento que viaja fuera del cerebro,
añorando la soledad, en el infinito vacío de la nada...

Ante la frialdad de tus miradas huecas, vacías de nostalgias muertas;
mis labios sedientos, se embriagarán de los recuerdos sin mañanas,
en la lenta agonía de horizontes sin esperanza,
en la oscuridad perpetua de la soledad que me dejaste.

Me perderé en un discurrir de tiempo inexistente,
un respirar sin aire,
caminando sin pasos ni sombras… Sin huellas;
carente de rumbos… Ni sentidos.

Raúl Morales Góngora
Madrid, 3 marzo de 2 009

SOMBRA, SOMBRA MÍA.


¿Acaso eres el ángel encargado de cuidarme?
¿Acaso el espectro de una anima que pena?




Córvido espanto que mis pasos sigues
incorpórea aparición, oscura, tenaz y silente
Sombra opaca de mis pensamientos tristes.
Compañera eterna de fortunas y fracasos.

Visión maligna de comportamiento esquivo,
que te ocultas de la luz avergonzada,
espanto testigo de mis pecados de antaño,
aparición maldita que mis besos imitabas.

Te quise perder de niño y jugando al escondite
me ocultaba en el armario de los recuerdos callados,
pero siempre me encontrabas imitando mi existencia.
Brincabas y corrías detrás de mi persona tercamente.
Espectro que en la escuela te sentaste a mi lado.

Imitación burda de mis pasos sobre el mundo.
Sombra callada, mudo testigo de aciertos y de yerros.
Lóbrego ser que con pasión besabas,
a la sombra inerme de aquella a quien yo amaba.

Aléjate de mí, déjame terminar solo los pasos que me quedan
No te quiero de acompañante en mi cortejo
Viajaré donde la luz no te permita,
esconderte jamás en parte alguna.

Raúl Morales Góngora
Madrid, marzo 17 de 2009